Dos historias de amor independientes.
Una rubia con gabardina, tacones y gafas de sol - vestuario elejido para disimular su personalidad - trafica con cocaína.
y
Un joven policía desesperado al que May, su chica, acaba de dejar se dedica a esperar que vuelva comprando latas de piña en almíbar con fecha de caducidad el 1 may de 1994, día de su cumpleaños. Esperando a May pasa las horas libres en un bar donde solían quedar al salir del trabajo.
Ambos personajes se encuentran en un bar. Borrachos. Una vez han finalizado sus cometidos. Latas de piña y helados, respectivamente.
Ella entra a trabajar en el bar para ayudar a su primo. Sirve bocadillos con salsa al son de la música. Música que pone altísima y que le hace tener que chillar al hablar. Se comunica chillando con un policía que va a comer cada día, del que se enamora. Cuando alguien le entrega una carta con las llaves del piso de él, ella decide expresar sus sentimientos con visitas esporádicas.
La banda sonora es la siguiente:
01 - Faye Wong - Dream Person (Cantonese)(1)
02 - Chasing The Metaphysical Express.
03 - Sensuous Forest.
04 - Fornication In Space.
05 - Rain, Tear And Sweat.
06 - Night Snack.
07 - Entering The Hardboiled Wonderland.
08 - Rock Like A Dog.
09 - Heartbreak Interlude.
10 - Sweet Farewell.
11 - Faye Wong - Bluebeard.
12 - Mamas and the papas - california dreaming.
13 - Dennis Brown - Things In Life.
14 - Flying Pickets - Only You.
15 - dinah washington - what a difference a day makes.
16 - Faye Wong - Dream Person (Mandarin).
Me encantan los colores y la iluminación que utiliza Wong. Es una luz tan cálida y unos colores con tonos pastel tan armónicos que te hacen perder el sentido. Sus personajes se llegan a conocer al poco tiempo de verlos deslizarse en el tiempo. Unos personajes bien definidos y simples. Personas que han perdido lo que tenían y esperan la llegada de una nueva ocasión que les vuelva a hacer sonreír.
Un film que habla del amor y del desamor. De como después de un suceso no viene la fin del mundo, sino otras caras, otras manos, otros cuerpos, otras sonrisas. Otras personas que, al fin y al cabo, andan sueltas, libres, como tú.
Para verla eligiría un momento en el que te encuentres solo o sola. Un momento en el que estés abierto a nuevas emociones. Esté film puede llegar muy hondo si llegan a sentir cierta empatía por los cuatro personajes principales, o almenos por alguno de ellos.
Nueces y cacahuetes.
Gitz.C
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